miércoles, 1 de julio de 2015

Blue Winter Roses

Él era frió como la escarcha, tedioso, egocéntrico y fluvial, su cara mostraba todos los achaques de una vida que ni siquiera yo podía llegar a imaginar, duro, pedante e incluso imaginario, su coraza era algo más que el simple y típico estilo grunge de finales de los ochenta. Pero, sin embargo, en el, había algo más, una intensa sensación de curiosidad, sentimiento e incluso un poco de amor romántico que me impedía distanciar tan solo un segundo mis ojos de su rostro pálido y perfecto. Cada célula de su cuerpo se encontraba dispuesta de la manera más perfecta que uno podría llegar a imaginar, su mandíbula, su tez pálida e incluso esos pequeños jirones de barba rubia que le cubrían parte de su encanto, todo era parte de él, todo unido en un mismo sinsentido lleno de encanto y belleza que hacían que, en conjunto, te enamoraras al instante de unas pupilas azules que emanaban poesía cada vez que le daba por pestañear. Su boca era como la miel en invierno, su mirada fría y distante, aunque maravillosa e imponente, tenía ese encanto interior del que estaba empeñada en hacerme dueña, y una dulzura de la cual no estaba segura si quería explotar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario